Con dos cartas diferenciadas –y complementarias–, el chef Martín Aristondo parte de una cocina natural y de mercado. Sus ingredientes provienen de proveedores de las cercanías de San Sebastián, lo que garantiza la máxima frescura y la mejor calidad. También permite que los platos vayan evolucionando en función de la temporada y de lo que la naturaleza ofrece en cada momento.